Vivimos en un mundo polarizado. O todo es bueno, o todo es malo, y muchas veces así nos percibimos y así percibimos nuestro entorno. Nos juzgamos y juzgamos a los demás.

No podemos negar que existen “malas personas” y que en ciertos momentos las personas actúan mal. Si los hechos lo muestran, no podemos ocultar la verdad.

Sin embargo, se nos olvida que todos nacimos inocentes. Más allá de la perspectiva Religiosa/Divina/Espiritual la realidad es que no nacimos siendo “malas” o “deshonestas” o etc etc.

Nuestro comportamiento es producto de la vida que hemos vivido, nuestro entorno, lo aprendido, los dolores, traumas. Si queremos meterle el transgeneracional, somos producto también de lo que heredamos. Y aún así, nacimos inocentes. Y es esa inocencia la que necesitamos recuperar.

No me refiero una inocencia que nos libre de las consecuencias de nuestros actos, sino a la que tiene que ver con que todas tenemos la capacidad innata de bondad que nos lleve a rectificar, porque antes de que todo lo malo pasara, fuimos así, porque así nacimos.

Siempre tenemos la oportunidad de hacer mejor las cosas, de cuestionar nuestras motivaciones, aprender de nuestros errores, sanar dentro todo aquello que nos ha llevado a portarnos de tal o cual manera, y avanzar por nuevos caminos.

En el transgeneracional podemos encontrar muchas veces las razones por las que manifestamos un comportamiento específico, ya sea que estemos siendo leales a algún miembro de nuestro árbol, nos estemos identificando con alguien (o con una circunstancia) o estemos pagando una deuda pendiente.

Y es que solemos pensar que al excluir a alguien de nuestra familia, dadas sus pocas honorables acciones, vamos a librarnos de cualquier vergüenza y problema que pueda causarnos.

Lo cierto es que mientras más intentamos rechazar/eliminar/excluir a alguien, más fuerte se hace su influencia en nuestro árbol, generando que en generaciones posteriores alguien, de forma inconsciente, busque darle su lugar. Y esto se hace por oposición, o similitud.

Es así como todo tiene sentido cuando vemos a alguien actuando de forma opuesta a los principios que se les inculcó en su propia biografía, por ejemplo.

Sus padres pudieron enseñarle bien, pero ellas están intentando iluminar y devolverle su lugar a alguien que fue excluido. Vemos entonces cómo “las malas compañías” solo sirvieron a un propósito ulterior.

Como pueden ver, hay mucho más de lo que está a simple vista para poder entender porque a veces actuamos cómo actuamos.

No todo tiene la misma procedencia, pero a través de las Constelaciones Familiares también podemos trabajar temas tienen que ver con deshonor, vergüenza, culpa, e integridad.