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Mecanismos de Supervivencia.

May 30, 2023 | Constelaciones Familiares

Hay niños que necesitan refugiarse en el mundo de lo fantástico y simplemente desconectarse de su realidad dolorosa. 

Muchas son las veces en las que sin darnos cuenta operamos desde mecanismos de supervivencia que tuvieron un muy buen propósito en nuestra infancia.

Sin embargo, en nuestra vida adulta, es posible que no nos funcionen más.

Hay niños que necesitan refugiarse en el mundo de lo fantástico y simplemente desconectarse de su realidad dolorosa. 

Tal vez sus padres peleaban mucho. Tal vez sus padres se estaban separando. Tal vez estaban viviendo abuso físico y/o sexual, por ejemplo.

Para un niño que no puede huir de una situación dolorosa de forma literal, refugiarse en un mundo fantástico puede ser una respuesta ideal de su sistema nervioso, con el propósito de poder mantenerse vivo.

El problema está cuando de adultos seguimos viviendo en ese mundo, porque por el motivo que sea, nuestro sistema nervioso no ha podido actualizarse.

Puede suceder entonces que de adultas muchas personas sigan desconectadas de su realidad, ya sea fantasiándolo todo, o por ejemplo, pasando demasiado tiempo refugiándose en el mundo de lo Divino/Espiritual.

Por qué si, no solo la fantasía puede ser disociativa. Lo espiritual también puede serlo. 

A muchas personas  les cuesta aterrizar en su realidad y ser funcionales, deseando pasar más tiempo cabalgando en el unicornio, meditando, o de ritual en ritual, gracias al efecto químico que dichas actividades generan en su cerebro.

Pero existe una gran diferencia entre ocupar lo fantasioso para el trabajo creativo, meditar para calmar nuestra mente y encontrar respuestas en nuestro interior, y pasárnosla creyendo que todo va a resolverse de forma mágica.

Tanto la fantasía como lo espiritual pueden ser maravillosas herramientas que aporten a nuestro proceso, pero debemos distinguir si estamos haciendo un buen uso de estas. 

Si las estamos utilizando para evadir realidades y mantenernos en un círculo de victimización perpetua en el que endosamos responsabilidades a otros, tal vez sea necesario resignificar su aporte en nuestra vida.

No se trata de eliminarlas. Se trata de ocuparlas para que aterricemos en nuestro día a día, de forma que seamos adultos responsables de nuestra salud emocional y física, y de la materialización de la vida que deseamos vivir.

Este es un tema súper importante a trabajar a nivel terapéutico. Si deseas hacerlo conmigo, envíame un mensaje directo.