A nivel filogenético, la última parte de nuestro cerebro en desarrollarse ha sido esa de la que nos sentimos más orgullosos cómo especie…
…la corteza cerebral, esa que nos diferencia del resto de animales porque nos ha otorgado la consciencia, la capacidad de análisis, la inteligencia en general.
Sin embargo, nuestro cerebro lleva de evolución en esta tierra muchísimo más tiempo que la aparición misma del Homo Sapiens.
Esas reacciones o dinámicas nuestras que seguimos repitiendo sin entender no provienen de la parte más desarrollada de nuestro cerebro.
Una cosa es lo que sucede a nivel consciente, en dónde creemos que lo entendemos y controlamos todo, y otra la que sucede a nivel inconsciente e instintivo, en dónde realmente suceden las cosas.
Más allá de la consciencia se da un baile que como un tango nos entrelaza a los demás. Nos enamoramos de quien refleja los traumas que no vemos en nosotras.
Nos es más fácil ver/entender lo que el otro necesita trabajar por que nos hace sentir a un nivel no consciente que al resolverse el/ella nos resolveremos nosotras.
A veces pasa también que sin darnos cuenta estamos buscando a mamá o papá en el otro, para que nos supla a nivel emocional, material y psicológico lo que no recibimos de nuestros padres.
Hay muchas más dinámicas posibles que suceden por debajo de lo consciente entre dos personas que se atraen a nivel de pareja. Lo importante de trabajarlo es que hagamos consciente lo inconsciente.
Es aquí donde la terapia de Constelaciones Familiares nos ayudan a ir poniendo las cosas en su lugar, entre ellas, la imagen que albergamos en nuestro cerebro de las relaciones de pareja.
Y si deseas agendar tu sesión puedes enviarme un mensaje directo por este medio.
Bendiciones cósmicas.