Nos enamoramos de los traumas de la pareja, es otra forma más simple de decir lo expuesto por Joan Garriga en esta frase (“El Buen Amor en Pareja”). Un concepto bastante duro, se lee y nos golpea a la mayoría.
Una forma más amable de decirlo es que nos enamoramos del reflejo que vemos en el espejo que es nuestra pareja. Y es que más fácil ver en el otro lo que no puedo identificar en mí.
Nuestra escogencia a nivel de pareja es un reflejo de papá y mamá, de la relación que tenían, de sus propios traumas, y de la interacción de estos con nosotros.
Y la escogencia de pareja de nuestros padres es un reflejo de lo que ellos experimentaron en sus propios hogares cuando niños entre nuestros abuelos, y así sucesivamente.
No somos originales. Somos un compendio no sólo de lo vivido en nuestra propia biografía, sino de lo que hemos heredado de nuestro sistema familiar, sus vivencias, dolores, traumas, desencuentros, desencantos, etc.
La terapia de constelaciones familiares nos ayuda a identificar qué de mi árbol, de mis padres, yo sigo reproduciendo hoy como un acto de lealtad hacia el mismo cómo una forma de buena consciencia que dice “yo como tu papá/mamá”.
Lo importante de identificar lealtades y repeticiones es poder cambiarlas, haciendo consciente que también podemos ser leales y ser parte de nuestro sistema si decidimos actuar de forma diferente.
Y cómo conseguimos actuar de forma diferente? He ahí la magia de esta maravillosa terapia. Las constelaciones familiares nos ayudan a ir realizando los cambios.
Abrazos sanadores.