Venus en Leo se siente como una Leona poderosa que sale a casar la presa que se proponga y se reconoce como la Reina de la Selva.
Pasión, magia, sexualidad, creatividad, seguridad en sí misma, romance…toda esta energía está en el aire en estos momentos.
Pero también el orgullo, el dramatismo, y algo de verdad no tan bonito y que no nos gusta para nada reconocer…el arribismo. Es ese querer conseguir lo que deseamos sin prestar atención a los demás y sin mucha consciencia.
Y no es que todas nos volvamos arribistas de repente, pero en mayor o menor grado es una energía que se vibra sin hacerse consciente en muchas personas.
Pensar en nosotras de forma egoísta y no tomar en cuenta a los demás. Bueno es que la mayoría de planetas de tránsito lento ya se encuentran retrógrados, conteniendo muchísimo al ego…pero Venus en Leo les dará batalla.
Si nos vamos a un nivel más profundo, toda la energía baja de Venus en Leo trata sobre nuestra niña interior herida e insatisfecha que se deja ver más a flor de piel.
Entonces no es orgullo ni arribismo, es dolor, es una necesidad mal dirigida por llamar la atención de mamá/papá y demandar desesperadamente de ellos.
Y he aquí el mayor reto de este tránsito…lograr ir más allá del orgullo y reconocer esa parte vulnerable en nosotras, en el caso que se esté manifestando, para hacerle frente e iniciar su sanación.
El propósito de este tránsito es encontrar el punto medio, de salir y conseguir nuestros deseos y brillar y vivir con pasión, siendo compasivas y humildes hacia los demás y nosotras mismas.
Bendiciones cósmicas.