Cuando alguien obedece a su conciencia moral es para ser fiel a su tribu (…). Al haber actuado de acuerdo con nuestra consciencia moral nos sentimos aliviados, tranquilos con respecto a una entidad llamada superior. Estamos en paz con el superego, que es la interiorización del campo de creencias de los antepasados con quienes estamos vinculados”
(…)
“Para mantener mi pertenencia y mi seguridad, desarrollo al máximo mi capacidad de juicio: todo lo que favorece mi seguridad es bueno; todo lo que la pone en entredicho es malo. Quien pertenece, como yo, es bueno; quien no, es malo” Brigitte Champetier de Ribes.
Es por este principio que muchas veces nos cuesta tanto perseguir nuestros sueños, salirnos de la norma, y seguir nuestro propio camino…
…porque hacerlo puede significar pasar de ser “buena” a ser “mala”. Es tanta la necesidad de pertenencia a nuestra tribu que preferimos quedarnos en el mismo lugar, defender lo definido por el el sistema, y mantener así nuestra buena consciencia.
Pero esto no está escrito en piedra. Es la forma en la que funcionamos por historia filogenética y epigenética, sin embargo, el cerebro posee neuroplasticidad. Podemos cambiar una forma de operar si nos damos cuenta que no nos sirve más a nuestro momento presente.
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Bendiciones cósmicas.