La sugerencia para el día es súper sencilla, pero tal vez, bastante difícil de aplicar. Ustedes me dirán.

Debemos evitar reaccionar sin pensar desde la rabia, la manipulación, el enojo, y las ganas de lastimar a los demás como un deseo de vengar lo mal/heridas que nos sentimos.

En otras palabras, necesitamos refrenar el instinto de querer castigar al otro por lo que no puedo gestionar en mi.

Una situación inesperada podría generar una pelea o una reacción en nosotras que termine mal, y lejos de ayudarnos a avanzar tiremos por el piso el esfuerzo que hemos venido realizando en el último tiempo.

Debemos elevar nuestra energía por encima de las circunstancias. Antes de reaccionar, pensar.

Las ganas de “poner en su lugar” a alguien se sentirán casi incontrolables para algunas. Pero debemos controlarlas porque aquí no ganará la que tenga la última palabra o la que hable más alto y fuerte…eso es malcriadez.

Aquí gana la que analiza si lo que va a hacer/decir va a contribuir a la resolución del problema y/o a la evolución o sanación de la relación o situación.

Y si, a veces una buena pelea no sólo es necesaria, sino vital. La clave está en discernir cuál es cuál, si voy a meterme en un conflicto porque es justo hacer escuchar mi voz y establecer mis límites de esta forma, o si lo hago simplemente porque estoy siendo incapaz de auto-gestionarme. En dónde estamos al respecto?

Por supuesto, el ideal en cualquier caso es no llegar al conflicto, pero de ser así, recuerden que también pueden sacarle provecho, pues en la reacción y en el conflicto que no supimos manejar podemos ver aquello que necesitamos atender, trabajar o sanar en nosotras.

Bendiciones cósmicas.